¿En qué va la pastilla anticonceptiva masculina?
07 / 05 / 2024

¿En qué va la pastilla anticonceptiva masculina?


Por Lorena Rojas Sarmiento
Lorena Rojas Sarmiento
07 / 05 / 2024
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Hace más de 50 años, desde la década de 1970 diversos científicos han trabajado en investigaciones para desarrollar las pastillas anticonceptivas para hombres, pero, a pesar de los múltiples titulares que han abarcado los medios de comunicación afirmando que pronto estaría lista, lo cierto es que aún no ha salido al mercado y puede que aún falte más de una década para que su comercialización sea una realidad. 

A la fecha se han desarrollado fármacos hormonales para hombres como pastillas, inyecciones y un gel, que contienen testosterona y progesterona, pero no han salido al mercado debido a los efectos secundarios que se han generado en los pacientes de prueba. 

Según el doctor Cristián Palma, andrólogo y académico de la Universidad de Chile, “los tratamientos estudiados, hasta el momento, para la anticoncepción masculina tienen la misma tasa de aparición de efectos colaterales que los anticonceptivos hormonales femeninos, que se han utilizado por años. Incluso, se repiten los mismos efectos negativos”, entre ellos están el aumento de peso, irritabilidad, cambios abruptos de ánimo, brotes de acné, diagnósticos de depresión severa e intentos suicidas, aumento de riesgo de trombosis, entre otros. 

Si son los mismos efectos negativos ¿por qué las mujeres deben someterse a los efectos secundarios de la pastilla anticonceptiva y los hombres no?

Avances en pastillas anticonceptivas para hombres

Actualmente los únicos métodos anticonceptivos para los hombres son el preservativo, un método de barrera, que además se utiliza para evitar la transmisión de enfermedades de transmisión sexual ETS; y la vasectomía, una cirugía en la que se cortan los conductos deferentes, que son los que llevan los espermatozoides desde los testículos hasta la uretra, aunque esta puede ser reversible, no siempre se logra con éxito. 

En aras de buscar nuevos métodos de anticonceptivos masculinos y de que la responsabilidad y los efectos no recaigan solamente en las mujeres, es que se han realizado múltiples investigaciones y desarrollos al respecto. 

En diciembre de 2023 la biofarmacéutica YourChoice Therapeutics, que trabaja junto a investigadores de la Universidad de Minnesota en Estados Unidos, reveló los resultados de la fase de prueba preclínica de la píldora YCT-529, la cual fue creada como un anticonceptivo no hormonal y en las pruebas realizadas con ratones tuvo una efectividad de un 99% en la prevención del embarazo, no mostró efectos secundarios y es 100% reversible. 

Esta pastilla anticonceptiva no hormonal inhibe el receptor alfa del ácido retinoico, un derivado de la vitamina A, es decir que tiene la capacidad de bloquear el proceso de acceso a la vitamina A para impedir la producción de espermatozoides.

Después de las pruebas satisfactorias realizadas en ratones, el paso a seguir es la fase l, que consiste en hacerlas en humanos. Actualmente la píldora YCT-529 se está probando en 16 hombres británicos voluntarios, mediante estas pruebas se van a evaluar factores como la seguridad, tolerancia, farmacocinética y farmacodinamia del medicamento, entre otros aspectos. Se prevé que estas pruebas finalicen a mediados de 2024. 

Es la primera vez que un medicamento no hormonal anticonceptivo es probado en humanos, así que no hay precedentes, el doctor Palma menciona que “es demasiado precipitado pensar que esta pastilla estará disponible pronto en el mercado, porque probablemente no sea así. Lo más probable es que incluso en 15 años más, aún no tengamos una pastilla anticonceptiva -de cualquier tipo, hormonal o no hormonal- aprobada para su comercialización masiva”.

Si las declaraciones de Palma son ciertas, pasaría más de una década para que finalmente la pastilla anticonceptiva masculina se comercialice. 

Controversias sobre anticonceptivos

Pastillas anticonceptivas para hombres

Una mujer es fértil desde la pubertad, a partir de su primera menstruación puede quedar embarazada; sin embargo, el periodo de gestación es de 9 meses y durante éste el proceso de ovulación se suspende, así que una mujer puede quedar embarazada cada 11 meses, dos meses después de dar a luz. Además, las mujeres no son fértiles todos los días del mes, esta fase es de aproximadamente 3 a 5 días. Y cabe aclarar que en la menopausia los ovarios de una mujer dejan de liberar óvulos. 

Mientras que en el caso de los hombres, una célula germinal se demora dos meses y medio para convertirse en un espermatozoide en capacidad de fecundar un óvulo, pero ellos producen millones de espermatozoides cada día, así que pueden embarazar a una mujer en cualquier momento (si ella está en su fase fértil del ciclo menstrual). 

Si bien el embrión se gesta en el cuerpo de las mujeres, el embarazo es una responsabilidad compartida, ya que se necesita un óvulo y un espermatozoide para llevar a cabo el proceso de fecundación. Sin embargo, desde un comienzo los métodos anticonceptivos han estado dirigidos principalmente a las mujeres como resultado de una sociedad patriarcal y machista.

Cuando se conocieron los efectos secundarios de la pastilla anticonceptiva la antropóloga y poeta estadounidense Margaret Mead afirmó: “la invención es completamente una invención de los hombres. Y ¿por qué lo hicieron? Porque no están dispuestos en absoluto a experimentar con sus propios cuerpos y sin embargo están muy dispuestos a experimentar con los cuerpos de las mujeres. Sería mucho más seguro hacer ensayos con hombres que con mujeres”.

Han pasado 64 años desde que se lanzó al mercado la píldora anticonceptiva para las mujeres y las declaraciones de Mead están más vigentes que nunca. A pesar de los avances científicos y tecnológicos, todo parece indicar que la pastilla anticonceptiva masculina no está tan cerca como creíamos. 

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Historia de la píldora anticonceptiva

Pastillas anticonceptivas para hombres

Desde 1870 las mujeres comenzaron a hablar sobre la maternidad voluntaria, sobre el derecho que también tenían las mujeres de disfrutar el sexo sin necesidad de tener hijos. Después de años de lucha en 1916 se acuñó el término control de natalidad.

México fue imprescindible para el desarrollo de la píldora anticonceptiva, ya que durante los años 30 del siglo XX el profesor Russell Marker se encontraba en las selvas tropicales con un grupo de esferoides vegetales conocidos como sapogeninas, fue entonces cuando descubrió un proceso químico que transformaba este elemento en progesterona, o sea, en la hormona sexual femenina que estaban buscando intensamente. Gracias a este descubrimiento se pudo desarrollar una sustancia sintética similar a la progesterona que pudiera interferir con el proceso cíclico de la ovulación y la fecundación.

El científico mexicano Luis Miramontes, junto a dos colegas, lograron crear por primera vez una progesterona sintética en 1951 en Ciudad de México, a la cual se le conoció como noretisterona.   

Aunque no se sabe con exactitud en qué momento se comenzó a pensar en la necesidad de una píldora anticonceptiva, otro momento clave fue un encuentro en 1951 entre la feminista Margaret Sanger, quien fundó la primera clínica de control de natalidad en Estados Unidos en 1916, la filántropa Katherine McCormick y el biólogo Gregory Pincus fue esencial para el desarrollo de la pastilla. En una sociedad altamente religiosa hacer este desarrollo era prácticamente una tarea titánica. 

Gracias a la financiación de McCormick el doctor Pincus comenzó a experimentar junto al biólogo especialista en reproducción Min-Chueh Chang, ambos demostraron que las inyecciones repetidas de progesterona detenían la ovulación en animales de forma eficaz. 

Luego, el doctor Pincus y el médico ginecólogo y obstetra Jhon Rock, ambos vinculados a la universidad de Harvard hicieron una pequeña prueba con mujeres en Massachusetts, de hecho se dice que Sanger y McCormick fueron algunas de las voluntarias. 

El sacrificio de las mujeres en Puerto Rico 

Pastillas anticonceptivas para hombres

Si bien en 1955 Pincus y Rock lograron desarrollar con éxito la píldora anticonceptiva que suspendía la ovulación, no conseguían voluntarias para probar su eficacia. Estaban basados en Boston y las pocas mujeres que probaban la píldora abandonaban las pruebas clínicas debido a los severos efectos secundarios, entre los que había dolor, hemorragias, náuseas y coágulos de sangre. 

En su afán de que la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos) aprobara la píldora hicieron pruebas en pacientes mujeres que padecían enfermedades mentales, pero además de poco ético y moral, estas pruebas no fueron suficientes para el aval por parte de la FDA. 

Como en Estados Unidos la legislación restringía el uso de anticonceptivos, los doctores se mudaron a Puerto Rico con el fin de poder hacer las pruebas masivas requeridas y se asentaron en un barrio humilde ubicado en el municipio de San Juan llamado Río Piedras. 

Reclutaron a mujeres de bajos recursos bajo la promesa de darles un medicamento que evitaría que tuvieran hijos que no pudieran mantener, como se encontraban en medio de una población tan vulnerable a la pobreza ni siquiera tuvieron que darle a las mujeres una compensación económica para que aceptaran. 

Se calcula que unas 1.500 mujeres participaron en estas pruebas y los doctores nunca les informaron sobre los efectos secundarios de las píldoras anticonceptivas. Una de ellas le contó al diario The Orlando Sentiel Delia Mestre: "nos sumamos rápidamente sin miramientos. A las mujeres se les dijo que se trataba de un medicamento que evitaría que tuvieran niños que no podían mantener".

Según los documentos que dejaron los médicos, el 22% de las voluntarias abandonaron las pruebas por los efectos secundarios y el diario The Washington Post afirmó que "tres mujeres fallecieron durante los ensayos clínicos. Pero no se realizaron autopsias, por lo que no se sabe si sus muertes estaban vinculadas con el medicamento".

Después de un año los estudios se extendieron a Humacao y a Puerto Príncipe en Haití y finalmente, después de concluir los ensayos clínicos, en 1960 la FDA le dio el aval a la píldora anticonceptiva a la cual se le llamó Enovid. 

Pincus y Rock regresaron a Estados Unidos con el aval y dejaron de lado a las pacientes Latinoamericanas que fueron claves para el éxito del anticonceptivo, nunca les dieron el medicamento y se comenzó a comercializar por un valor de US$0,50 cada píldora. 


Por ahora hay que esperar los resultados de la píldora YCT-529 en los 16 hombres británicos voluntarios, para verificar la eficacia y los efectos secundarios o esperar a que sigan las largas investigaciones para desarrollar otro tipo de anticonceptivo.