Nairo Quintana nació para ser el mejor. Con 26 años ya es catalogado por muchos como un corredor diferente. De esos que surgen una vez cada tanto. La potencia de sus pedaleadas nos recuerdan ese ciclismo legendario: de gestas y de hazañas. Ese que le ha permitido tener una regularidad asombrosa durante esta temporada. En todas las competencias que ha disputado nunca ha salido del top-5 de la general.
El hombre del Movistar ha tenido un año lleno de buenos resultados. Durante varios meses se entrenó en las carreteras cundiboyacenses para triunfar en Europa. Y lo ha conseguido. Comenzó el 2016 en el Tour de San Luis en Argentina. Allí, junto a su hermano Dáyer Quintana fueron los protagonistas.
En las siete etapas que duró esta competencia suramericana Nairo siempre estuvo en el top-10 de la clasificación general. Aunque no ganó, ocupó el tercer lugar de esta prueba que ya lo había visto coronarse como el mejor, en 2014. El menor de los Quintana sería el campeón.
Para los Nacionales de Ruta en Colombia todo estaba dispuesto para que el boyacense saliera victorioso. Las fechas y los viajes habían sido planificados para que Nairo pudiera participar. Lo hizo y quedó cuarto, por detrás de grandes corredores como Edwin Ávila, Sergio Luis Henao y Cayetano Sarmiento.
En marzo, ocupó el primer lugar del podio final en la Vuelta a Catalunya y al siguiente mes fue tercero en la Vuelta al País Vasco, tras siete días de competencia. Luego, consiguió el título en el Tour de Romandía demostrando una vez más su versatilidad sobre la bicicleta. En la Ruta del Sur, repitió la victoria luego de haberlo hecho en 2012, finalizó en el tercer lugar en el Tour de Francia y fue campeón en la Vuelta a España. Sin duda, grandes actuaciones que lo acreditan como el corredor colombiano con más regularidad en la temporada.
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